viernes, 2 de septiembre de 2011

Honra y orgullo de nuestro pueblo.


Septiembre entra con aromas otoñales, la lluvia regalo del cielo perturba las tradicionales novenas veraniegas, la novena alcanza su quinto día contando además hoy con la conferencia que D. Manuel Jesús Carrasco Terriza ofrecerá en el Casino sobre el culto y devoción a nuestra patrona bendita. La Virgen llena el altar mayor de la parroquial, todas las miradas se concentran en el María, Socorro del pueblo fiel, fiel a su cita anual con estos solemnes cultos.

Desde el pasado 29 de Agosto se viene realizando estos tradicionales cultos que verán su fin el martes, por desgracia no podemos contar este año con la presencia del pastor de la Iglesia onubense, D. José que cada año venia el sábado de novena pero que en esta edicion por asuntos familiares no va a poder ser. Preside el altar la virgen sobre su paso procesional alumbrada de varios puntos de luz, en cuanto a las flores como se pueden apreciar en las fotografías doce centros de claveles blanco se distribuyen por el conjunto quedando todo enmarcado por un dosel rojo.

En 1817 aparece en Rociana Rafael Morea, abad del convento de San Basilio de Sevilla , que introduce uno de los elementos devocionales mas interesantes a cerca de nuestra patrona como es la publicación de la novena El socorro del Cristiano, devota novena a María Santísima; a quien con tan dulce nombre venera como su patrona especial la villa de Rociana, quien se la consagra y ofrece. Morea procedía del convento de Santa María
del Retamar en aznalcollar, perteneciendo a la orden de San basilio fundada en España a comienzos del XVI.

No cabe la menor duda de que estamos ante una novena de de sonoros contenidos poéticos que, aunque siguiendo el uso de este tipo de rezos colectivos para la comunidad, introduce los elementos tanto líricos que permite sus cantos o alabanzas, como el juego dialéctico de la palabra, en este caso sobre la advocación del Socorro, para hacer llegar al oferente a terrenos de sublime espiritual. Después de indicarnos el mismo autor los pasos a seguir para la culminación correcta de la novena, entra en la secuencia de los días con sutil musicalidad a pesar de esa terminología de culpabilidad de los textos religiosos de la época.

El orden será: rezado el rosario, se cantara las letanías, repitiendo con pausa el verso: Auxilium Christianorum y concluida se dirá Por la señal… después repetirán todos el acto de contrición propios, concluyendo con el Señor Peque… y del mismo modo la Oración diaria al que le seguida la particular de cada día; y al acabarla dirá solo con voz alta las tres estrofas, y al final de cada una se rezara el Ave María. Concluido todo se cantaran algunas coplillas, luego la antífona, verso y oración concluyendo con el Benedicamos domine y el Sea por siempre bendito y alabado el Stmo sacramento del altar y la inmaculada concepción.

Nos situamos en los comienzos de siglo, por lo que es de suponer que nuestro autor no inventara un apelativo de tal magnitud, sino estaba recogido en el sentir popular de la feligresía. Son propios por ejemplo: ¡Oh piadosísima, poderosa, y consoladora Patrona de esta villa, afortunada bajo el auspicio de tu patrocinio!. No paso desapercibida la Novena para el arzobispado de Sevilla, que con la aprobación de D. Francisco Javier Cienfuegos y Jovellanos, quien concedía diez día de indulgencia por cada día que se rezara la novena, tendría un importante eco en su momento, pero la misma se ofrecía hasta tiempos recientes y que por desgracia dejo de practicarse como todo lo bueno en esta tierra de María Santísima.


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