martes, 28 de febrero de 2012

Mensaje del Obispo de Huelva para la Cuarema de 2012.



"Creo, Señor; aumenta mi fe"

Mis queridos hermanos y hermanas:
1. Al iniciarse el tiempo de Cuaresma, me dirijo a vosotros invitándoos a entrar en este tiempo de conversión con una súplica: “Creo, Señor; aumenta mi fe”. Esta breve y sentida oración la pronunció un padre que pedía la curación de su hijo. Los apóstoles habían intentado, sin éxito, liberar al muchacho de un mal espíritu. Cuando llegó Jesús, el padre, con humildad y confianza, desde su dolor, le rogó al Señor que tuviera compasión y le ayudara. Jesús le dijo: “todo es posible al que tiene fe”. Entonces el hombre gritó:“Creo, pero ayuda mi falta de fe” (Mc 9, 24).
Esta breve oración contiene dos aspectos importantes: el reconocimiento humilde de una fe débil y la confianza de que el Señor, con su ayuda, la puede aumentar y fortalecer.
2. El Papa Benedicto XVI nos ha convocado a un Año de la fe, que comenzará el próximo mes de octubre con motivo del cincuentenario del Concilio Vaticano II. Por esta razón, acogiendo la iniciativa del Papa, os propongo vivir esta Cuaresma como una etapa intensa de oración para que el Señor aumente nuestra fe y nos haga testigos de ella en medio de nuestro mundo.
La fe es el fundamento de la vida cristiana. Si la fe se debilita, todo se resiente. Podríamos decir que la falta de fe “impide” la acción de Dios en nosotros y en nuestro mundo. Siempre me ha impresionado leer en el Evangelio que Jesús, en Nazaret, donde se había criado, no pudo hacer milagros porque no encontró fe allí (cfr. Mc 6, 56).
3. Durante este tiempo de Cuaresma debemos preguntarnos: ¿de dónde viene nuestra debilidad como cristianos? ¿de dónde la carencia de impulso evangelizador? ¿no será de la falta de fe? Jesús reprochaba con frecuencia a los mismos apóstoles: “No seáis hombres de poca fe”. Vivamos, pues, este tiempo de conversión, que nos prepara para celebrar la Pascua del Señor, como un itinerario que nos permita renovar la fe bautismal en la noche santa de la Resurrección.
Pidamos al Señor que nos conceda una fe auténticamente cristiana. En este momento cultural que vivimos, tenemos el peligro de pensar que la fe es algo subjetivo: “todo el mundo cree en algo”, “yo creo a mi manera”... Estas expresiones indican una gran difuminación de la fe. Es más, como dice el Papa, “es como una llama que se va apagando”.
4. La fe cristiana es creer en Alguien, en una Persona, en Jesucristo, el Hijo único de Dios que ha entrado en nuestra historia para mostrarnos el amor del Padre y para abrirnos un horizonte nuevo. Como nos recuerda el Papa Benedicto: “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida...” (Deus Caritas Estnº 1) ¿Creemos o no creemos en Él? ¿Lo aceptamos o no?
La fe cristiana es respuesta amorosa y confiada a Dios, que ha venido a nuestro encuentro y se nos ha manifestado. La fe cristiana no es el resultado de nuestras investigaciones intelectuales, sino acogida del Dios que viene a nosotros. Por esta razón, cultivar la fe exige escuchar la Palabra de Dios, adherirse a Jesucristo, profesar la fe en comunión con la Iglesia, que es su depositaria, y tratar de vivirla en el servicio y amor a los hermanos, tal como nos enseñó el Señor.
5. La fe se fortalece dándola, así nos lo recordó el Beato Juan Pablo II, y el Papa Benedicto nos dice: “La fe, en efecto, crece cuando se vive como experiencia de un amor que se recibe y se comunica como experiencia de gracia y de gozo”. En este momento de nueva evangelización es necesario “redescubrir la alegría de creer y volver a encontrar el entusiasmo de comunicar la fe.” (Porta Fidei nº 7).
La fe se aviva con el testimonio de la caridad. “La fe sin la caridad no da fruto, y la caridad sin fe sería un sentimiento constantemente a merced de la duda. La fe y el amor se necesitan mutuamente...” (Porta fideinº 14). Durante el tiempo de Cuaresma, continuaremos estimulándonos unos a otros para hacer el bien y servir a nuestros hermanos más necesitados. El gesto de Cuaresma que venimos realizando en favor de una “casa” para los pobres, será un cauce para expresar nuestra fe, que madura en el amor y un signo de nuestra unidad diocesana. “Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras” (Mensaje de Benedicto XVI para la Cuaresma 2012).
6. Con este mensaje deseo subrayar también un aspecto de nuestro Plan Diocesano de Evangelización, centrado en la renovación de nuestras parroquias. Tengamos en cuenta que una parroquia es una “comunidad de fe”: se trata de una comunidad de fieles, esto es, una comunidad cristiana, para lo cual es indispensable la fe en Jesucristo; no hay parroquia si no hay adhesión a Jesucristo; y, además, la parroquia tiene como tarea evangelizadora el transmitir y educar la fe de sus miembros, porque ella es el “ámbito ordinario donde se nace y se crece en la fe”. (Directorio General para la Catequesis, 1997, nº 257).
Queridos hermanos y hermanas, termino este sencillo mensaje recordando la página del Evangelio con la que he comenzado. Los apóstoles preguntaron a Jesús por qué ellos no habían podido expulsar el mal espíritu de aquel muchacho. El Señor les respondió: “Esta especie sólo puede salir con oración y ayuno” (Mc 9, 29). Que estas prácticas cuaresmales nos ayuden a vencer en nosotros las fuerzas del mal y el Señor nos conceda vivir firmes en la fe.
Que Santa María, la dichosa por haber creído, interceda por nosotros.
Con mi afecto y bendición.

† José Vilaplana Blasco
Obispo de Huelva

Iglesia Parroquial: Ejercicios Espirituales.


Durante esta semana se esta realizando, como cada cuaresma, los ejercicios espirituales organizados por la Parroquia. Los mismo comenzaron el pasado lunes y se prolongaran hasta el viernes, comienzan a las 17:30h con la exposición de S.D.M. y siguiendo con las charlas de nuestro parroco D. Antonio Cepeda Lepe, teniendo unos descansos de oracion personal ante el señor. Es sin duda una oportunidad para prepararnos hacia la proxima pascua. El proximo viernes estos ejercicios tendran un caracter especial del que le iremos informando.

domingo, 26 de febrero de 2012

Galeria Fotografica: Procesion Extraordinaria de la Santa Cruz de Arriba, (I).






















Fotografías: Manoli Garcia, José Manuel Quintero, Manoli Pizarro y Juan Hernandez.

Crónica: Procesión Extraordinaria de la Santa Cruz de Arriba.


Un día que sin duda pasara a los anales cofrades de Rociana, el 19 de febrero quedara grabado en el alma del arribeño y en la historia de nuestro pueblo. Día de la bendición de los nuevos ornamentos que embellecen a la Cruz de Arriba y de la procesión extraordinaria que se realizo por las calles de nuestra ciudad. Todo comenzó a las 10:30 con la Solemne Función en la que se producía el reencuentro del madero con su gente, la sagrada cátedra estuvo ocupada por el párroco D. Antonio Cepeda, el cual tras su homilía procedió a la bendición de los ángeles, resplandores, bordados y sudario además del nuevo titular de la corporación, el Dulce Nombre de Jesús que ocupa la cruceta de la cruz. Una sinfonía de arte sacro que cubre el madero salido de las manos de prestigiosos artistas como Cándido Coronel, Jesús Rosado, Joaquín Ossorio o Elías Rodríguez.

Poco tiempo después del término de la misa el cortejo procesional se disponía a salir formado por la fabulosa banda de las tres caídas de Triana, hermandades invitadas de nuestra localidad y algunas foráneas, un mar de mantillas que llevaban las mujeres peroleras y por último el paso de la Santa Cruz acompañado de la agrupación musical de ayamonte. Más de cuatrocientos cohetes recibían al madero de arriba a su salida de la parroquial de San Bartolomé Apóstol, sus devotos se disponían a pasear a su devoción de esta manera tan especial y tan extraordinaria. Todos los vecinos coincidían sin duda que la Cruz esta preciosa, perfecta.. y más con el sol dándole brillo a su nuevo tisú realizado expresamente para ella, unos de protagonistas también fue el ángel negro que se posa en la parte trasera de la peana del paso. Destacar el paso de la procesión por la calle hinojos y por la avenida ramón y Cajal debido a su adorno para embellecer aun más si cabe este día crucero de Rociana, el olor a incienso presagiaba su llegada por la carretera y tras unas tres horas y media de procesión el corazón de arriba volvía a su calle, a su sitio, al lugar de donde nunca se movió y que permanecerá durante el tiempo. Un día esplendoroso en el que pudimos disfrutar de un febrero que pasara a la historia. 



sábado, 25 de febrero de 2012

Unción de enfermos y Convivencia parroquial.


Como primer acto dentro de la cuaresma la hermandad sacramental celebrara esta tarde su tradicional unción de enfermos, en la que el párroco de nuestra localidad impondrá la santa unción a las personas mayores de 65 años que acudan a las 17:30 a la parroquia, a continuación la corporación ofrecerá un café a las personas asistentes en el Casino de Rociana. También esta mañana se a estado realizando en la casa hermandad del Rocío en la aldea almonteña la anual convivencia parroquial cuyo tema elegido para este año a sido "el perfil pastoral de la parroquia". En la misma hermandades y grupos parroquial han disfrutado de un día de convivencia.

martes, 21 de febrero de 2012

Miércoles de Ceniza.



Con la imposición de las cenizas, se inicia una estación espiritual particularmente relevante para todo cristiano que quiera prepararse dignamente para la vivir el Misterio Pascual, es decir, la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús. 
Este tiempo vigoroso del Año Litúrgico se caracteriza por el mensaje bíblico que puede ser resumido en una sola palabra: "metanoeiete", es decir "Convertíos". Este imperativo es propuesto a la mente de los fieles mediante el rito austero de la imposición de ceniza, el cual, con las palabras "Convertíos y creed en el Evangelio" y con la expresión "Acuérdate que eres polvo y al polvo volverás", invita a todos a reflexionar acerca del deber de la conversión, recordando la inexorable caducidad y efímera fragilidad de la vida humana, sujeta a la muerte.
La sugestiva ceremonia de la ceniza eleva nuestras mentes a la realidad eterna que no pasa jamás, a Dios; principio y fin, alfa y omega de nuestra existencia. La conversión no es, en efecto, sino un volver a Dios, valorando las realidades terrenales bajo la luz indefectible de su verdad. Una valoración que implica una conciencia cada vez más diáfana del hecho de que estamos de paso en este fatigoso itinerario sobre la tierra, y que nos impulsa y estimula a trabajar hasta el final, a fin de que el Reino de Dios se instaure dentro de nosotros y triunfe su justicia.
Sinónimo de "conversión" es así mismo la palabra "penitencia"... Penitencia como cambio de mentalidad. Penitencia como expresión de libre y positivo esfuerzo en el seguimiento de Cristo.



En la Iglesia primitiva, variaba la duración de la Cuaresma, pero eventualmente comenzaba seis semanas (42 días) antes de la Pascua. Esto sólo daba por resultado 36 días de ayuno (ya que se excluyen los domingos). En el siglo VII se agregaron cuatro días antes del primer domingo de Cuaresma estableciendo los cuarenta días de ayuno, para imitar el ayuno de Cristo en el desierto.
Era práctica común en Roma que los penitentes comenzaran su penitencia pública el primer día de Cuaresma. Ellos eran salpicados de cenizas, vestidos en sayal y obligados a mantenerse lejos hasta que se reconciliaran con la Iglesia el Jueves Santo o el Jueves antes de la Pascua. Cuando estas prácticas cayeron en desuso (del siglo VIII al X), el inicio de la temporada penitencial de la Cuaresma fué simbolizada colocando ceniza en las cabezas de toda la congregación.
Hoy en día en la Iglesia, el Miércoles de Ceniza, el cristiano recibe una cruz en la frente con las cenizas obtenidas al quemar las palmas usadas en el Domingo de Ramos previo. Esta tradición de la Iglesia ha quedado como un simple servicio en algunas Iglesias protestantes como la anglicana y la luterana. La Iglesia Ortodoxa comienza la cuaresma desde el lunes anterior y no celebra el Miércoles de Ceniza. La ceniza, del latín "cinis", es producto de la combustión de algo por el fuego. Muy fácilmente adquirió un sentido simbólico de muerte, caducidad, y en sentido trasladado, de humildad y penitencia. En Jonás 3,6 sirve, por ejemplo, para describir la conversión de los habitantes de Nínive. Muchas veces se une al "polvo" de la tierra: "en verdad soy polvo y ceniza", dice Abraham en Gén.